Reflexión sobre la Planificación Educativa

En entradas anteriores, hemos puesto nuestra atención en el contenido que debe abarcar una buena planificación. Realmente son muchos aspectos los que hay que tener en cuenta. Me ha parecido que incluso a veces es difícil controlar todas las variables a la hora de prepararse una clase o una unidad didáctica. Por lo tanto, cuanto más seamos capaces de anticiparnos y prever la situación de aprendizaje a la que nos vamos a enfrentar, más satisfactoriamente conseguiremos nuestros objetivos. Por otro lado, el hecho de entrar en contacto con nuevas formas de presentar contenidos y nuevas tecnologías de apoyo, ha sido muy enriquecedor. Partiendo del hecho de que nadie nace enseñado, una vez que somos capaces de manejar estas herramientas, llamadas TICs generalmente, nos damos cuenta de la multitud de posibilidades y oportunidades que nos pueden brindar a la hora de enseñar de una nueva forma, mucho más cercana a la juventud de hoy día. En nuestro caso concreto, el glogster ha resultado ser una plataforma fantástica, en la que creatividad, diseño y aprendizaje iban unidas con el mundo multimedia y audiovisual. Esta combinación se presenta, por tanto, mucho más atractiva para los alumnos que el decimonónico papel y lápiz. Así pues, creo que es ciertamente inevitable que este nuevo enfoque acapare cada vez más sitio en las aulas, tanto de secundaria como del resto de los niveles educativos.

Planificación de una Situación de Aprendizaje

Dificultades de aquella etapa y superación.

En general mi paso por el instituto fue estupendo. No recuerdo otra época de mi vida en la que me haya reído tan a diario y con tantas ganas. Tuve muy buenos amigos y muy buena relación con ellos. Sin embargo, durante 2º de Bachillerato sí que pasé por dificultades académicas. Yo que nunca había bajado del notable en todas las asignaturas, hubo asignaturas de 2º de bachillerato (física, matemáticas y química) a las que me costaba llegar al 5. Acabé yendo a todas las recuperaciones de todos los trimestres, e incluso a exámenes finales porque no conseguía que la media me llegara a 5. Tuve que hablar con mis padres porque cada vez veía más probable que repitiera el curso. Ellos hablaron con mis profesores y mis profesores les contaron que me veían ciertamente desmotivado, porque el hecho de suspender exámenes estaba haciendo que tirara la toalla en lugar de afrontar las dificultades y ponerme a estudiar mucho más, cosa que sí estaban haciendo mis compañeros que empezaron a torcerse también como yo. Pero finalmente, aprobé todo el curso, con notas bajas, pero puede hacer selectividad con el resto de mis amigos.

Asignatura preferida

Dándole vueltas a esto de cual ha sido mi asignatura favorita, creo que realmente no tuve ninguna durante el instituto. La asignatura de biología, carrera que estudié después, la daba un profesor desabrido y aunque había otros profesores de otras asignaturas que eran muy buenos, sus asignaturas nunca me llegaban a llamar la atención demasiado. Sin embargo, durante la carrera sí tuve una asignatura favorita fue Desarrollo y Plasticidad del Sistema Nervioso. La daba el profesor Íñigo Azcoitia, el cual fue un magnífico profesor sin lugar a dudas. De esa asignatura recuerdo que aprendí muchísimo. Aprendí cosas que para mí fueron muy importantes y que me desmontaban muchos esquemas que tenía preestablecidos sobre el sistema nervioso, la mente, la investigación y la ciencia en general. Iba a clase siempre con muchísimas ganas de aprender, y nunca había una clase que defraudara, todas tenían un nivel muy alto y exigente e Íñigo conseguía captar mi atención sin que perdiera el hilo el ningún momento. Fue sin duda una asignatura increíble.

Cualidades de un buen docente

Para describir las principales cualidades de un buen profesor, se nos ha pedido que describamos cual fue nuestro mejor profesor durante la secundaria. En mi caso se trata de una profesora. Me dio Lengua y Literatura en don ocasiones, en 3º de ESO y 1º de Bachillerato. Era una profesora encantadora, cuando hablaba te encandilaba con esa voz tan suave y dulce. Era muy divertida, siempre te saca una sonrisa en clase, te animaba con cualquier cosa que hicieras y nunca tenía una mala palabra o un mal gesto con nadie. A veces me sorprendía lo rápido que pasaban sus clases, te sentabas en el pupitre, y sin darte cuenta, sonaba la sirena y la clase terminaba. Aprendí muchísimo, y creo que todavía recuerdo todo lo que aprendí con esa profesora. Cuando explicaba lo hacía con un entusiasmo que nos lo contagiaba sin darnos cuenta, y convertía la sintaxis en algo apasionante. Realmente nos llegó a todos al corazón. Fue sin duda una persona muy importante para mí en aquellos años de instituto.

Reflexión vs Pre-reflexión

Como vimos en clase, una pre reflexión es aquella divagación en la que damos nuestra opinión o simplemente describimos situaciones que nos rodean, sin llegar a argumentar causas, efectos o implicaciones de las mismas. La reflexión es el acto de pensar atenta y detenidamente sobre algo, teniendo en cuenta mayores aspectos que en la pre reflexión. Podemos hablar de

(1) reflexión descriptiva: Pasó X porque pasó Y

(2) reflexión dialógica: Puede que pasara X porque pasó  Y

(3) reflexión crítica: Tenemos en cuenta el contexto sociocultural que provoca hechos/decisiones

La tarea ha consistido en reflexionar por escrito sobre un texto y después intercambiar con un compañero nuestras reflexiones para analizar qué parte de su texto era pre reflexión, qué parte era verdaderamente reflexión y el tipo de reflexión del que se trataba. Yo he analizado la reflexión de Inés López Clemente sobre el texto No sueltan a su presa, en la que he encontrado un 80 % de pre-reflexión y un 20 % de reflexión descriptiva. La pre reflexión se deja ver en frases como: un buen profesor es aquel que pone empeño en su trabajo, debe confiar en sus alumnos como en sí mismo. Tener tranquilidad y paciencia y no abandonar nunca ante la dificultad. La reflexión descriptiva la he encontrado únicamente en la siguiente oración: La educación debe entenderse como una pasión más que como una obligación, debe ser un reto.

Por tanto, queda patente que a pesar de que se nos pidiera una auténtica reflexión sobre el texto, lo más frecuente es que nos quedemos en la pre reflexión, sin ahondar suficientemente en el tema como para valorar todos los aspectos del texto y así llegar a una verdadera reflexión.